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“Es un festival, no una comisaría”
En tono reflexivo, Cristian Aldana evalúa el tenso momento que pasó en el Cosquín Rock cuando le cortaron el sonido porque quiso tocar un poco más, y se fue, rompiendo todo. “Hice lo que tenía que hacer”, dice Aldana.
Por Cristian Vitale
En la segunda fecha del epicentro rockero de la República, Cristian Aldana –cantante y guitarrista de El Otro Yo– protagonizó un escándalo (bien de verano), cuando la producción del festival le cortó el sonido sin preaviso, marcando tal vez una tendencia que se viene expandiendo en los últimos festivales de rock: el autoritarismo casi de celador. Al terminar el set, luego de 16 enérgicos temas, preguntó encendido a sus fans. “¿Quieren más?” Todos –más enardecidos que él– dijeron sí, pero al encarar el clásico No me importa morir, el sonido enmudeció. El, enfurecido, comenzó a destruir el pie del micrófono contra el piso y cuatro monos de seguridad se le abalanzaron para detenerlo. “Mi reacción fue animal, puro sentimiento. El Otro Yo es un grupo de rock, no puede bajarse del escenario como una nena tranquila. Lo que me hicieron me sacó. Que te corten el sonido es como la represión total”, reflexiona al NO, navegando en aguas más tranquilas.
–¿Qué pasó en definitiva?
–Estaba tocando, gritando, saltando por todos lados, dando todo. La gente había venido a vernos de Jujuy, de Salta, de la loma del orto y me pedían que “toque mucho”. Por eso, en términos artísticos, no era el momento apropiado para cortar. La gente estaba a full. Agarré el micrófono, dije que iba a tocar tres canciones y pasó lo que pasó: me cortaron el sonido. Entonces, dejé la guitarra y empecé a revolear todo. Estaba recaliente, porque me pareció una falta de respeto. Cuando los de seguridad subieron al escenario e intentaron agarrarme, yo me tiré al suelo, pedí perdón a la gente y me fui. Fue todo.
–¿No te pegaron como a Toti, de Jóvenes Pordioseros, el año pasado, entonces?
–No. Si me hubiesen pegado, la cosa hubiese sido más seria. Hubiese terminado en cana, porque el quilombo no paraba más. Cuando yo me saco, me saco mal. Me conozco. Por algo mi grupo se llama El Otro Yo. La música me salvó la vida... si no hubiese terminado debajo de un tren. En el escenario, vomito todo lo que me pasa. El rock siempre fue mi lugar de escape.
–¿Qué te hicieron específicamente?
–Me agarraron, mientras yo estaba recaliente, prendido del micrófono y gritando ¡prendé el sonido, hijo de puta! No me podían parar. Venía a full... Es como si estás garchando con tu chica, y de repente entra tu vieja al cuarto y te dice “qué están haciendo” (risas). No es la primera vez que nos pasa algo así. Una vez tocamos para el Día del Padre gratis en el Parque Centenario y tuvimos un quilombo parecido. No es algo nuevo.
–¿Qué te dijo tu hermana María Fernanda?
–Que no estaba bien que nos corten el sonido así. Tal vez si hubiera venido el encargado de sonido y me lo hubiese preguntado antes... bueno. Una onda “cortá loco, que viene Rata Blanca”. Igual, no sé. Por ahí, hubiese pasado lo mismo.
–¿Qué pensás en frío?
–Que es un recital de rock, no la conscripción. ¿O me van a tratar de hijo de puta porque me paso tres canciones? Es un festival, no una comisaría. Ponerse la gorra así, me parece anti-rock. Ojo, entiendo las opiniones de cada uno, pero hice lo que sentía. Si me imagino la otra opción –terminar el show con el sonido apagado y yéndome al camarín deprimido– me siento un inútil. Hice lo que tuve que hacer. No me arrepiento.
–¿Cómo es la cosa formal?, ¿ustedes firman un contrato en el que figura cuánto tienen que tocar?
–El contrato me lo paso por el orto. Yo no firmo ningún contrato... subo a tocar y punto.
–¿Te avisaron antes de cortarte el sonido?–No. Nada.
–Te lo pregunto porque el año pasado y en ese mismo escenario, Pappo hizo algo parecido. Tenía que tocar Molotov, le avisaron y él dijo “¿Molotov?... Molotov que espere”. Y le ordenó al baterista hacer un solo. Pero nadie osó cortarle el sonido.
–(Risas) ¡Pappo tocó tres horas! Yo iba a tocar tres canciones nada más. ¿Sabés qué? Yo siento que El Otro Yo es la oveja negra del rock nacional. Ojo, a mí me gusta ese papel: yo siempre fui la oveja negra en la escuela, en mi casa... no me parece raro.
–¿Tuviste problemas con Palazzo, el organizador?
–No. El vino al camarín y estuvo hablando con nosotros. No vio nada, porque estaba haciendo cuentas y eso. Además, en líneas generales fue lo que único que pasó y ni siquiera creo que sea responsabilidad suya. Capaz que si hubiese estado, hubiese dicho “loco, sigan tocando”.
–¿Los demás músicos qué dijeron?... a veces hay un “celo de horario”.
–Para nada. Nos apoyaron a full. Les pareció que estaba bien nuestra reacción porque, de última, fue una boludez. Si hubiéramos tocado tres temas más, se terminaba la cosa ahí y no pasaba nada.
–¿Se están tornando pesados los festivales?
–Es que el rock es música. Tiene que haber una libertad. En el Cosquín folklore, los músicos se quedan un rato más tocando y a veces termina como a las seis de la mañana. Si vos como artista ves que la gente está respondiendo y da para tocar un par de temas más, no me parece mal que pase. Es algo que te ganás por mérito propio. Pero a veces transgredir las normas hace que las cosas funcionen de manera inesperada. Para la próxima tendrían que ser menos estrictos y no tan caretas.
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La voz de El Otro Yo habla del presente de la banda que cierra su Gira Interminable la semana que viene en El Teatro. Además, lanzan un disco con la recopilación de las grabaciones piratas de sus fans y que incluye un logo de Las Abuelas de Plaza de Mayo.
Mariana I. Pellegrino
A una semana de ponerle fin a la Gira Interminable 2005, Cristian Aldana –voz y guitarra de El Otro Yo - habla entusiasmado. Está conforme con lo que logró su banda este año y se prepara para despedir el ciclo con dos shows en El Teatro, disco nuevo, flamante DVD y propuesta interesante a través de la Unión de Músicos Independientes.
Es que La banda lanzará su disco Pirata con el logo de Las Abuelas de Plaza de Mayo... para ayudar a los chicos que tienen dudas sobre su identidad. - ¿Qué les dejó la Gira Interminable? - Yo creo que este año fue un año de renacimiento para el grupo, creo que fue uno de los mejores años de El Otro Yo. Empezamos el 2005 con un disco nuevo (Espejismos), con un invitado que es Gabriel (que era guitarrista de Los Brujos y amigo de la infancia). Todo lo que nos propusimos durante el año lo pudimos lograr. Presentamos la placa en Obras (antes habíamos viajado a México y Uruguay) y después recorrimos todo el país: Jujuy, Salta, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Córdoba, Rosario, Santa Fe, Santiago del Estero... después volvimos a México e hicimos un show en el Sur (fue la segunda vez que tocamos en Río Gallegos). Ahora se viene el cierre en El Teatro...
- ¿Sentís diferencia en cuanto al vivo en los shows del interior? - La diferencia es que hay mucha más pasión porque vamos una vez al año. Hay mucha euforia y mucho cariño y, básicamente, se nota mucho. Capaz algo parecido pase el próximo fin de semana, ya que hace seis meses que no tocamos en Capital.
¿Y cómo se da el desembarco de la banda en México? ¿Se editan sus discos allá? - La primera vez que fuimos fue en Watcha Tour. Pasamos por Estados unidos y bajamos a México. Lo primero que hicimos en Estados Unidos fue editar el disco Abrecaminos (1999) a través de el sello Surco, que ya no existe más. Cuando llegamos nos conocían mucho por la huella fuerte que habían dejado los grupos argentinos en los 80. Había mucha gente que nos conocía sin tener los discos editados allá. Hoy desde la página web se generan muchas cosas, hay como un contacto más directo con la gente, y eso es bueno para la gente y para la banda. No editamos el último disco en México, los discos sólo se consiguen en los recitales y a través de Internet. Ahora tenemos posibilidades de editarlo con un sello independiente para poder entrar en el circuito de las disquerías independientes de allá, que es gigante.
- Cómo van a ser los conciertos de El Teatro? - Es un cierre de gira donde yo creo que lo que se va a ver es el momento buenísimo por el que estamos pasando: está sonando muy bien El Otro Yo... sobre todo por estos cambios dentro de la banda. Estamos como muy seguros de nosotros mismos en ese tema. Vamos a agregar algunas canciones nuevas que no veníamos tocando y que la gente pide desde la pagina. Vamos a repetir el acústico de Obras y vamos a pasar imágenes del resumen de todas la gira de Argentina. También vamos a presentar y entregar el disco Pirata, que sólo se va vender en los recitales y desde la página. Es un disco especial.
- Es una movida interesante la edición de un disco con las grabaciones de la gente... ¿cómo surgió? ¿Les enviaron material o pidieron participación desde la página? - Pirata es un disco armado por la gente, contiene todo lo que nos mandaron durante la gira. Nos mandaron muchas grabaciones y, entonces, empezamos a potenciar pidiendo que nos envíen más desde la página de Internet. Algunas cosas estaban grabadas desde las consolas, otras fueron tomadas con grabadorcitos de mano. Remasterizamos todo y lo que quedó rescata mucho la esencia de la conexión de la banda con la gente, la charla desde el escenario... es un disco no convencional en vivo. Tiene, además, como un logo que dice “Sonido ilegal”. Una de las cosas novedosas que incluye es otro logo, en la parte de atrás, de Las Abuelas de Plaza de Mayo. Nosotros editamos los discos a través de la Unión de Músicos Independientes y ahora se cerró un convenio con las Abuelas para ayudar a que los chicos que desconfían de su identidad puedan orientarse. Cuando uno puede llevar adelante solo su carrera, el horizonte es impensable. La libertad artística es genial.
- ¿Van a tocar en los festivales de verano? - No cerramos nada todavía... tenemos otros planes. Seguro tocaremos en la playa o haremos un show gratis que hace mucho que no hacemos. También tenemos unos shows en Uruguay. Este año, el clásico show de Temperley lo vamos a hacer a principios de año y no a fin de año. No da para festejar en diciembre... después de lo que pasó
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Entrevista a Cristian en la revista Gente
La banda de Temperley, ahora con el guitarrista Gabriel Guerrisi, ex Los Brujos, como integrante fijo, cumple 20 años y todo es festejo y buen augurio. Con “Fuera del tiempo”, su más reciente disco, y los hermanos Aldana en su mejor forma compositiva, el grupo parece haber llegado a un pedestal de madurez y estabilidad. Aquí, Cristian, cantante y alma matter de la agrupación junto con María Fernanda, cuenta, carismático, cómo fue armar uno de sus trabajos más frescos y directos de los últimos años, cómo se preparan para el show del 14 de junio en Obras, y cuáles son los pequeños momentos de la vida que lo sacan del tiempo.
La nota está pautada por la tarde en las oficinas de Pop Art, lugar de reunión habitual para músicos y Prensa. El Otro Yo, banda reina de los grupos independientes, ahora, además, se asoció con la casa que aloja a Los Tipitos y Karamelo Santo, entre otros.
Aún así, Cristian Aldana no se aburguesa. Atiende el teléfono, arregla entrevistas y está en todos los detalles que tienen que ver con su agrupación. Vestido con un jean que incluye tachas hechas con piedritas; una foto de Penélope Cruz con una virulana que tapa su boca; un agregado de cuero marrón, y otros apliques extraños, el cantante de EOY enfrenta el grabador de Gente Online con la tranquilidad de la que goza un hombre satisfecho.–Tengo que preguntarte por los jeans que tenés puesto.–Jaja, me lo regaló Bony Bullrich, un artista con el que estamos haciendo las Fiestas perversas, unas performances donde paso música de los ochentas hacia acá, rock independiente, de todo el mundo. Se lo vi y me encantó y enseguida me los regaló. Los voy a usar para tocar de ahora en más.–¿Cómo son esas fiestas?–Es como cuando invitás a alguien a tu cuarto y le ponés canciones que te gustan. Pasamos Todos tus muertos, Mano negra, B-52´s, Los Ramones, The Clash, Muse, Black Rebel Rebel Motorcycle Club y Jane´s addiction. Lo hacemos en el taller de Bony, que está decorado con obras que hace con cosas de la basura y piedritas, todos los jueves en el teatro La Piedad, en Bartolomé Mitre 1571.–Hablando de música internacional, en “Fuera del tiempo”, su más reciente disco, trabajaron con el productor norteamericano Billy Anderson. ¿Qué le aportó a la banda?–Lo llevamos a un ensayo en Temperly y le gustó mucho el material. Nos sorprendió su forma de trabajar, muy profesional. Tomamos la decisión de grabarlo en Panda porque nos parecía que necesitábamos un estudio de alto nivel. Billy trabaja de una manera bien primitiva. Es más punk. Quiere todo en primera toma, le gusta lo fresco y nos obligó a sacar lo mejor de nosotros. Fue muy exigente y nos puso frente al espejo, sin maquillajes.–¿Qué imagen les devolvió ese “ponerse frente al espejo”?–Una que me encantó. Estoy muy agradecido por vivir la experiencia de haber trabajado con un productor internacional. Era como entregar nuestra música a alguien que lo ve desde afuera y que nos devuelve su modo de ver las cosas. Estoy muy contento con el resultado y tengo muchas ganas de presentar “Fuera del tiempo” porque tiene canciones de todo tipo. Define todo lo ecléctico que tiene El Otro Yo, y es divertido tocarlo en vivo.–Si te encontraras con un fan de la primera hora en la calle y te preguntara, ¿cómo suena el disco de El Otro Yo? ¿Qué le decís?–Le diría: “Está todo bien. El Otro Yo fue mutando y redireccionándose hacia un lugar que tiene que ver con nosotros. Con el grupo que salió de Temperley, que utiliza la música como una descarga y un exorcismo. Es una banda de 20 años de carrera, con muchos discos y con cosas para decir, que es lo importante”.–¿Hay una contradicción entre lo adulto y responsable que genera la autogestión de todos los asuntos de la banda, con la desprejuiciada y juvenil actitud en su música y sus letras?–Lo atribuyo a que no nos aburguesamos desde lo artístico y vivimos como una experiencia feliz el hecho de hacer música y gozar de la libertad que tenemos para definir nuestra carrera. El grupo cuando toca le abre la puerta a todos, con el lenguaje universal de la música. A quien le gusta El Otro Yo es bienvenido, contagiándose de energía de otras personas y la excitación que yo aún no pierdo cuando voy a un show de una banda que me gusta. Hay que estar agradecido de esos momentos. No hay nada más gratificante para mí.–¿De qué habla Fuera del tiempo?–Es un álbum mucho más artístico que el anterior. Si bien se refiere al fin del mundo, lo enfoca desde un lugar más de ensueño. Espejismos, el CD anterior, era más contestatario. Acá el abanico es más amplio por canciones como “Tiki Tiki Nowa” que habla de un perro, o “Volcán” que es acerca de la decadencia de la televisión y de esos personajes que tienen que involucrarse con alguien famoso para que les hagan una nota. Incluso hay canciones de amor, que hace rato que no hacía.–¿Qué connotación tiene el título?–Por un lado se refiere al Día Fuera del Tiempo, que es el 25 de julio. La idea la trajo María. Pero luego, hablando entre todos concluimos en que es como cuando experimentás cosas en tu vida que te ponen fuera del tiempo. En mi caso, cuando agarro una guitarra y compongo, es como que estoy pariendo una canción y de repente suena el teléfono y decís “¡no!” Porque estabas en un estado colgado de todo en que no pasa el tiempo. Como cuando hacés el amor y te dan ganas de gritar “que explote el mundo”, o cuando comés algo muy rico y sos feliz. Es el disfrutar cada momento.Ver el siguiente link para completar la idea de El Otro Yo con respecto a Fuera del tiempo. Entrevista a María Fernanda Aldana.–Ahora parten en una gira por el sur, que termina con un show de presentación en el 14 de junio en Obras. ¿Qué pensaron para ese día?–Es muy importante porque estamos en pleno festejo de los 20 años de la banda y hoy por hoy es la excusa para todo. Llegamos en un buen momento porque tenemos un disco muy interesante para presentar en vivo y logramos un buen sonido. La experiencia la vamos a aprovechar al máximo, incluso desde las luces. El show apunta a que las personas vean un grupo de 20 años sobre el escenario. También tendremos de invitados a Charlie 3, Shayla y El mató a un policía motorizado.–¿Qué les costó el camino independiente a lo largo de los años?–No sé si dejamos cosas en el camino. Lo que nos fue pasando nos sirvió para crecer y madurar una idea. Somos músicos que defendimos nuestra libertad artística al máximo desde el principio y nos hemos adaptado a las realidades de cómo se hace música hoy en día. Lo interesante es poder adaptarse y continuar siendo lo que sos, pero entrar en el circuito de las radios y que pasen tu música, porque si no, terminás teniendo un techo. Y ese techo hay que destruirlo. Pudimos hacerlo y estamos en buen lugar donde tenemos muchas ganas de seguir trabajando y continuar haciendo discos.
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